lunes, 4 de julio de 2016

Una historia entre la lana y el algodón

Allá por el mes de diciembre de este curso nos tocaba estudiar el tema de la Revolución Industrial y los inicios del movimiento obrero. Decidí que este sería el segundo tema con el que participaríamos en el proyecto de "La historia es puro teatro". Tras explicar en clase los contenidos básicos del tema y ver la película "Germinal", que les encantó, les propuse escribir un relato que se situara en esta época histórica o en la que se apreciaran alguno de los conceptos trabajados. Una vez escritos, dedicamos una sesión a leerlos todos en voz alta y se realizó una votación en la que elegiríamos la historia que sería el germen de nuestro teatro. El elegido fue un relato de mi alumna Esperanza que contaba la sencilla historia de Pepita, que pertenecía a una familia de campesinos que trabajaba la lana. Os la dejo a continuación:

En un pueblo del norte de España había una familia a la que se le conocía como "Pastor". Esta familia la formaban dos hijas, las cuales se llamaban Pepita y Juanita y sus padres, Paco y Paca. Eran de clase baja y, por tanto, toda la familia tenía que trabajar.
El padre recogía todos los días la lana, con la que trabajaban, y la hilaban entre todos. Un día el padre enfermó y su hija Pepita fue la que recogió la lana. Pepita y el muchacho que recogía la lana se quedaron mirando fijamente un rato, pero Pepita cogió la lana y se fue a trabajar como cada día. A la mañana siguiente, Eufragio le trajo la lana de nuevo, pero con una flor. Pepita se puso muy contenta, porque por primera vez había un chico interesado por ella, todos los días el muchacho le traía con la lana una sorpresa.
Pero, al cabo del tiempo, Eufragio iba cada vez menos a llevarle le lana, porque en las ciudades se construyeron fábricas con máquinas de tejer y ya ser artesano era muy complicado. La familia Pastor se fue a la ciudad en busca de trabajo, se encontraron con Eufragio y él les llevó a una fábrica donde buscaban trabajadores y desde entonces Pepita y Eufragio no se separaron más.

Me emociono escribiendo esta pequeña historia, porque es una verdadera alegría cómo después fue creciendo, transformándose hasta convertirse en un texto teatral. El proceso de escritura del guión y planificación del decorado y vestuario comenzó en el segundo trimestre. Nos dividimos en grupos de trabajo: uno para el decorado, otro para vestuario y peinados y otro grupo para el guión, si bien es cierto que eran grupos abiertos y que podían colaborar entre sí. Antes de ponernos manos a la obra, recordamos los elementos propios del género teatral, pero estoy segura de que ha sido en la práctica donde han podido asimilarlos mejor. Ha sido un trabajo creativo enorme el de mis alumnos y alumnas. El texto teatral ha estado vivo hasta el último momento (hasta dos días antes del estreno) y se ha nutrido de ideas extraordinarias. Os lo dejo a continuación:




 Para el decorado contamos con la colaboración del profesorado y alumnado de la FPB de Carpintería y Mueble que hay en nuestro centro, aunque también parte del mismo fue elaborado por ellos, con cajas de cartón y mucha imaginación. 





En el tercer trimestre comenzamos con los ensayos y fuimos incorporando efectos de sonido ya planteados en las acotaciones y la iluminación. Ha sido un disfrute ir viéndolos avanzar en la representación y sobre todo ver cómo iba aumentando el entusiasmo. Hemos tenido la suerte de contar con nuestra orientadora, con su pasado de actriz gracias al cual nos fue dando muy buenos consejos.   Ha habido problemillas, pero se han ido solventando con el objetivo común de estrenar la obra. De hecho, es lo que muchos me han  expresado, que han aprendido a trabajar en equipo, que este proyecto los ha unido mucho.

Ya para terminar os dejo el vídeo que nos hicieron el día de nuestro gran estreno, Para esa ocasión fuimos muy cautos y no quisimos llenar todo el salón de actos. Fue tan maravillosa la experiencia que luego se ha representado tres veces más, ya con lleno en la sala. Se los dije a ellos y lo repito aquí; es lo más chulo que he hecho como profe. Y también a mí me da nostalgia el haber cerrado el telón.


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